Vírgen de penas me halló tu huella.
Como Atila no quedó vida tras tus pasos,
se desprendió el corazón e intentó seguirte
retornando agónico al vacío establo.
Sublimada queja, fui risa entre cientos
refucilo en el gris espejo
canción de cuna-campanilla al viento.
Abierta al cielo enraicé el dolor
coroné de soles los labios
vestí primaveras
bebí alegrías
pinté estrellas
/y logré llorar.
Liliana Varela
1 comentario:
Muy sentido Lili y siguiendo a Eli, en lo que ella hace y deja en palabras. Abrazos a ambas, Julia
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